junio 02, 2011

Usanza en la UNAM

El primer día de clases en la Escuela Nacional Preparatoria número 9, fue emocionante, aterrador y cansado. Arribé a la puerta de la prepa en el turno vespertino a las 2.30 de la tarde una larga fila se ubicaba paralela a la avenida de los Insurgentes, todos con el propósito del cambio de turno, mi padre apartó el lugar desde tiempo antes, y yo me dirigí a mi primera clase.


Nos recibió el profesor de matemáticas el “ingeniero” como todos los conocían, desde el principio nos advirtió que quien no estudiara no pasaría el examen y no dudaría en mandarnos al examen extraordinario si le faltábamos al respeto o a alguno de nuestros compañeros, y dijo también que si no nos parecía su modo de trabajo abandonáramos el aula; algo que inmediatamente nos impactó. A los maestros no les importará si el alumno entra o aprende la materia y que a partir de ahora no van a estar corriendo tras de ellos para que entreguen las tareas, y no existen los prefectos que exigen a los alumnos a entrar a sus salones. A partir de ahora el alumnado está bajo su propia responsabilidad.


Las Preparatorias de la UNAM tienen un plan de estudios en sistema anual muy extenso en algunos casos los alumnos cursan 12 materias al año, lo cual hace la carga de trabajo muy pesada, en algunos casos. Pero nadie te dice nunca cuando entrar a clase, si estas faltando mucho. En la “prepa” eres responsable al 100% de tu desempeño académico. Tener en cuenta el peso de tus decisiones tú decides si entras o no si aprendes o no. Muchos son los que no soportan esta enorme responsabilidad, y desertan en el menor de los casos, sin embargo hay otros que optan por dedicarse a medio pasar las materias o a deambular por los pasillos de la escuela.


Sin embargo, no todo es relajo y fiestas en la prepa 9, el profesorado está altamente calificado, y brindan sus conocimientos, apoyo, inspiración, también malos ratos y decepciones. Lo que más recuerdo es al profesor Héctor Hernández, es por sus clases que puedo aseverar que la Historia nacional me apasiona, a la profesora de Artemisa de lengua española, que nos enseñó a apreciar nuestro idioma, exigiéndonos el buen uso de la gramática española y la valoración de los textos clásicos, que no le piden nada a los escritos en otros idiomas.



Terminando el grado, nos encontramos con el dilema de escoger vocación. En mi caso, no sabía cual elegir: historia, música o comunicación. Después de mucho tiempo pensando, viendo los pros y los contras de cada profesión decidí que sería comunicóloga. Así ingrese a la Facultad de Estudios Superiores Aragón. 


No fue lo que esperaba en los primeros semestres, al parecer, las materias no se enfocan en el periodismo. Se estudia un poco de todo, historia, política, economía, etcétera, sin embargo al correr los siguientes semestres, se comprende el hecho por el cual, un comunicólogo debe saber tanto de distintas ramas del conocimiento. Ya que los hechos son así, una noticia importante puede venir de distintas áreas, un desastre natural, una caída en la bolsa, un golpe de estado, las olimpiadas, etcétera.


Hay distintas clases de profesores en comunicación de la FES, la mayoría muy bien calificados, los que desaniman, porque no hay empleo, o los que te animan para cultivarte, leer y ser un profesional apto para el campo laboral. Gran parte de ellos incitan al alumno a no quedarse con una sola cara de la moneda, sino conocer todos los lados y ser crítico con los hechos. Es una profesión intrínsecamente noble, ya que te permite conocer todo tipo de personas y todo tipo de información, así como ser crítico y analítico.


En el ámbito personal, en ambas instituciones Prepa9  y Fes Aragón, tuve la fortuna de conocer a personas que se volvieron esenciales en mi vida. Personas y experiencias que han hecho a la persona que soy. Sin embargo, veo a la UNAM como el inicio de una vida personal y profesional, que sienta las bases de lo que quiero conseguir en un futuro próximo.